jueves, 23 de octubre de 2008

De correcciones...

Somos un sobrevivientes. ¿Que porque digo esto? Por que pudimos estar hasta 2.004 sin darnos cuenta de que hablamos mal o al menos incorrectamente. Y llegamos a Salamanca y nos dimos cuenta de que era uno de los temas a mejorar y tanto lo mejoramos que ahora no la pasamos ni un fallo a la chica del telediario. Los traductores, tenemos la manía de corregir hasta cuando hablamos coloquialmente, teniendo hasta malas contestaciones.


A veces me planteo cómo pude sobrevivir hasta 1º de carrera a base de gerundios y comas mal puestas, usando galicismos y anglicismos por doquier, empleando palabras que chirrían al oído... Y lo peor es que era feliz en mi total ignorancia de esta nuestra lengua.



Éstas son las secuelas de volver a casa de morros...



* Premio para el que encuentre todos los errores del primer párrafo... jijiji

sábado, 18 de octubre de 2008

Una hora...

Fue una hora, sólo una hora, no sería mucho más, pero me sirvió para recordarme lo tremendamente feliz que soy en el pueblo. Por fin vi el Puente Viejo (escondido para mí en mis 22 años de vida), compartí un ratín con gente a la que hace años que no veía y vi Boñar con más gente que nunca...



Quiero volver a subir, el paraíso está a 50 km de mi casa... :)

miércoles, 15 de octubre de 2008

Let's begin...

Trabajo (remunerado, que no es poco), natación, CAP, alemán, clases, talleres, de aquí para allí, (¡necesito una bici ya!), tirarme en el suelo para hacer compañía a Lucía, las albóndigas de mamá, alegría y alboroto, planes, conferencias, sms a las 3 de la mañana (que no se puede trabajar tanto...), ¡¡pueblín!!, bolso nuevo...


Pues eso, que el sol no es que salga, es que me achicharra!! :D:D

viernes, 3 de octubre de 2008

Hugh me...

A veces, lo único que se necesita es un abrazo, sólo eso. Un abrazo que no vaya seguido de un beso, un abrazo que no juzgue, un abrazo que apriete tanto que salen las cosas que ahogan desde dentro.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sueños cumplidos...

Paseaba sin rumbo, hasta que lo vi de lejos y pensé que esas casualidades siempre quieren decir algo. Subí las escaleras con el corazón a mil, resonando con cada escalón, mientras mi cabeza sólo pensaba "sala 12, sala 12..." No miré ni el plano, ni las indicaciones, sólo me guiaba por la intuición... hasta que las encontré, mirándome, esperándome...





No miento si digo que (casi) se me saltaron las lágrimas...





Es lo que tiene hacer una visita relámpago al Prado