Pues resulta que hoy es San Jerónimo, patrono de los traductores, y, por ende el día 30 de septiembre es el Día de la Traducción. Pues bien, ¿no? Hay que ver la cantidad de gente que puede celebrar este día... los estudiantes (menos en Salamanca, que hasta marzo no toca), los profesionales en empresas, los freelance (afortunados ellos), los profesores de facultad, el primo que estuvo en Londres de friega platos y traduce para sacarse unas pelillas, los que pagan una interpretación a 10€ la hora cuando la cobran a 60€ del cliente, los que te dicen que una inversa no se paga a más de 3 céntimos (es que la crisis, ya sabes...), los que trabajan sin medios porque "en internet está todo", vamos, una carrada de gente.
Y sinceramente, viendo el panorama, me dan ganas de dar marcha atrás en el tiempo y meterme a peluquera. Que no tendría una licenciatura en la carpeta, pero seguro que alguien valoraba mi trabajo.
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una becaria quemada con el mundo laboral