domingo, 25 de octubre de 2009

Hipoteca...

Leo en El País de hoy un artículo sobre la llamada Generación X, Generación H o Generación Peter Pan, quienes (pobrecitos míos) se sienten perdidos porque no pueden aplicar los valores de sus padres a sus vidas. No digo que sea sencillo pagar una hipoteca, mantener cierto nivel de vida, viajar, salir, tener hijos y cuidarlos y darse caprichines con un sueldo de mileurista (si es que llega), y sí, tiene que ser muy duro ver cómo no puedes estirar más el dinero y que llegar a fin de mes es un reto. Lo que digo es que esa generación de la que trata el artículo lo quiere (lo queremos, aunque aún me queden unos cuantos años para ser treintañera) todo y, a ser posible, con el esfuerzo justo. Queremos comprar (que no alquilar) un piso de 120 m2 y amueblarlo como Dios manda, queremos tener un coche de lo mejorcito del mercado, queremos salir de fiesta y a cenar todos los fines de semna, queremos hacer escapadas en cuanto juntamos tres días libres, queremos darnos un capricho de cuando en cuando... Y yo me pregunto, ¿para qué? ¿De verdad vamos a ser más felices así? ¿Qué hay de malo en vivir de alquiler? ¿Y en utilizar el transporte público? ¿Y en cenar en casa los sábados? ¿Y en el plan sofá-peli-mantita?
Igual hablo de más y no tengo argumentos para opinar... pero ¿dónde queda el sentido común? Es evidente que sin un sueldo considerable y cierta estabilidad laboral es imposible conseguir todo lo que queremos y también está claro que en la situación actual tener ambas cosas es poco menos que un milagro. Y sí, ya sé que hasta hace cuatro días las hipotecas se regalaban y esto era jauja, pero ¿de verdad a nadie se le ocurrió que tarde o temprano tenían que cambiar las cosas? ¿Todos pensamos que siempre estarían ahí los bancos dando un dinero con escasas posibilidades de recuperar a corto plazo? Vale que hay trabajos que podrían estar mucho mejor pagados y que es una vergüenza que un licenciado en lo que sea cobre 800 euros al mes... pero me parece que es más importante adaptarse a las circunstancias y no vivir por encima de las posibilidades de cada uno.

Ah, y se me olvidaba... por supuesto no queremos movernos de nuestra ciudad, no vaya a ser que nos pase algo y no esté ahí mamá para solucionarnos la papeleta...

No sé... a mí me enerva un poco ver cómo después de todo nos dejamos llevar por lo que deberíamos hacer para ser gente de bien: casa-coches-niños-colegiodepago-ropademarca...
¿Por qué no podemos valorar un poco más las cosas más sencillas?

Igual a mí no me ha entrado la ansiedad de asentar mi vida y tenerlo todo atado y bien atado... pero realmente creo que la Generación Peter Pan se ha ganado a pulso la situación actual...

Recordadme que nunca llegue a los 30, xD




Jo, qué a gusto me he quedado después de este chorreo al mundo...

sábado, 24 de octubre de 2009

...

Cómo iba a saber yo que la sonrisa más grande se escondía en un paquete de cartón...

viernes, 23 de octubre de 2009

Change...

This is Victoria Station.
Change here for Piccadilly and Circle Lines,
and national and international rail services


No me voy a engañar. Vine a Londres para olvidarme del mundo y dejarme llevar entre metros, buses, trabajos y clases. Vine a no pensar y a no sentir, a olvidarme de que lo que late es más que un órgano vital. Vine a empezar de nuevo, a borrar su cara de mi mente y sus caricias de mi piel. Vine a deshacerme de los planes que habíamos hecho, que ahora tienen nueva protagonista. Vine a aprender a quererme, a demostrarme a mí misma que la Marta fuerte y segura sigue ahí, que sólo se fue por un tiempo. Vine para poner en orden los pensamientos y sentimientos que habían decidido mezclarse y confundirme. Vine para asegurarme de que yo puedo con esto y con más.

Ahora ya no me quiero ir. He encontrado la estación perfecta para bajarme del tren y cambiar de destino y haría cualquier cosa antes de coger el de vuelta. Creo que por fin voy a dejar de ver un paisaje gris por la ventana... a partir de ahora toca sol, mi sol.

domingo, 11 de octubre de 2009

Resumen...

Gracias a la experiencia de los casi 30 días que llevo en la ciudad del Támesis me atrevo a decir que NUNCA JAMÁS diré que en León vivo en el quinto pino porque tardo 15 minutos en llegar al centro y unos 45 en ir al Palacio... De entrada, cada vez que quiero salir de mi casa aquí me esperan 20 minutos de paseo hasta la parada de bus/metro más cercana, más luego lo que tardo el llegar al centro (léase, 1 hora y 10 minutos desde la habitación desde la que escribo hasta Tottenham Court Road... si tengo que cambiar de línea para qué queremos más, xD).

Por lo demás, certifico que los mini ingleses son hooligans en potencia, que me río yo de la multiculturalidad española (7 nacionalidades diferentes en una clase que no llega a 20 alumnos), que la pubertad es la pubertad allá donde vayas y que las/os niñas/os de primaria molan infinitamente más que su versión digievolucionada.

En resumen, me va bastante bien, sin quejas y sin malos ratos... pero os echo mucho de menos, believe me. Las alegrías no son iguales si no hay alguien al lado con quien compartirlas.