sábado, 31 de marzo de 2012

SemanaSanta...

Ya está aquí... la única semana del año que dura diez días, la única en la que el tiempo se mide por marchas y raseos, la única en la que el espacio lo delimita el ancho del paso.

Creedme si os digo que la felicidad (o gran parte de ella) reside en las miradas y las sonrisas intercambiadas en estos días. Lo demás, al final, resulta casi accesorio.

Disfrutad... para la próxima quedan 358 días.


Un, dos y...
¡va!

miércoles, 14 de marzo de 2012

Almost...

Como todos los indicios señalaban, la plaza no es para mí (a falta de presentar los méritos soy la tercera para una sola plaza), aunque en parte me queda la satisfacción de haber aprobado todos los exámenes de una oposición sin haberle dedicado más tiempo del imprescindible (Vale, ese es el discurso oficial, en realidad no me queda la satisfacción de nada, que de haber ido a cinco exámenes no se come... me siento como los que van a los Juegos y solo consiguen el diploma, un quiero y no puedo como otro cualquiera). En fin... Lo que no puedo hacer es hundirme en la miseria, así que de momento a disfrutar de los conciertos (que en Semana Santa va a llover gatos y perros), a pasear por Madrid al solecito de esta primavera adelantada y a darle algo de caña a la réflex, que la pobre está solina y abandonada... y a retomar el placer de leer (la semana pasada cayó el Alatriste y ésta, el Prisionero del Cielo está dando sus últimos coletazos).


Cuando el viento cierra una puerta
abre una ventana