miércoles, 24 de noviembre de 2010

Awesome...

tas, tas.... tas ¡pum!

Y a partir de entonces no hay nada más que un parche, una palillera y dos baquetas. El mundo se reduce al compañero por el que te guías, tratando de no adelantarte ni perderte, mientras acompañas a una melodía que está dejando al público embelesado. Y se suceden las marchas aunque quieres que no terminen nunca y disfrutar de cada golpe: Gitano de Sevilla, Caminando van por tientos, ... de Esperanza, Serva la bari, ¡A la gloria! (a la gloria, pequeño... a la gloria).

Y se te olvida la tensión, que tu traje está defectuoso, que el tricornio te queda grande, que falta gente entre el público con quien te encantaría compartir ese momento...

Y siempre recordarás la sensación de tu primer concierto en tu nueva casa, la de compartir escenario y música con tu padre (¡¡y con el mismo uniforme!!) los besos y los abrazos de tus compañeros, la sonrisa más sincera, las ganas de gritar al mundo que eres alabardera y que te mueres de ganas porque pasen deprisa los próximos 150 días, que la Morenica salga del Mercado y que entremos de lleno en la segunda primera Semana Santa.



Gracias, compañeros
(y compañeras)

lunes, 8 de noviembre de 2010

BXVI...

"La Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización"

Lo siento, Benedicto, pero no. Alguien olvidó decirte que, hasta hace unos días, aquí existía un Ministerio de Igualdad al que precisamente echo de menos ante declaraciones como ésta (que me perdone la RAE, queda tan bonita esa tilde...). ¿Por qué es la mujer la que ha de realizarse en el hogar y no el hombre? ¿Por que aún seguimos distinguiendo entre unas y otros?

No soy una experta en la materia, pero creo recordar que las enseñanzas del Jesús sobre el que fundamentas tu Iglesia (nuestra Iglesia) hablaban de amar a los demás, de servir al prójimo y esas cosas. De hecho, tu Jesús (nuestro Jesús), siempre estuvo acompañado de mujeres: Marta, María, María Magdalena; su madre... Es decir, las consideraba personas, no mascotas del hombre. Somos iguales, mal que te pese.

Además, todo ha cambiado mucho desde que esa Iglesia primitiva condenó al ostracismo a la mujer mientras montaban el chiringuito más rentable de la Historia (con perdón). Somos muchas las que hemos estudiado o estamos estudiando precisamente para no necesitar una cazuela y una fregona para sentirnos realizadas, las que un día decidirán si necesitan tener hijos o no para ser felices y será exactamente igual de válido, las que escogerán un buen marido o preferirán vivir solas. Todas, Benedicto, todas estaremos igual de realizadas con hogar o sin él, porque será nuestra elección.

Y hazme el favor, Benedicto, de observar quiénes ocupan la inmensa mayoría de los bancos de las iglesias cada domingo y quiénes mantienen la Iglesia como institución. Y si después sigues relegándonos a un segundo plano, empezaré a replantearme las cosas... y como yo, supongo que muchas y muchos más.




Tirando piedras
contra su tejado

viernes, 5 de noviembre de 2010

Tubicontiniu...

Pues no ha estado mal hacer bonito de azafata... se me ocurren cosas mejores, pero casi todas inaccesibles para mí...

Burguer King y McDonald's ya tienen mi currículum, así como varias agencias de azafatas... ¡Bienvenido sea lo que venga!




Algún día podré
demostrar lo que soy...

martes, 2 de noviembre de 2010

Murphy...

Y cuando Marta tiene trabajo para los días 3 y 4 de cutreazafata, van y la llaman para que haga de intérprete a partir del día 3, que es cuando llega el señor hindú que necesita la interpretación.


¡Murphy me odia!



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con todas las letras