miércoles, 1 de octubre de 2008

Sueños cumplidos...

Paseaba sin rumbo, hasta que lo vi de lejos y pensé que esas casualidades siempre quieren decir algo. Subí las escaleras con el corazón a mil, resonando con cada escalón, mientras mi cabeza sólo pensaba "sala 12, sala 12..." No miré ni el plano, ni las indicaciones, sólo me guiaba por la intuición... hasta que las encontré, mirándome, esperándome...





No miento si digo que (casi) se me saltaron las lágrimas...





Es lo que tiene hacer una visita relámpago al Prado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando me encontré con ellas, me sentí pequeñito.

Y tuve que hacer un esfuerzo para evitar sentirme absorvido por esa estancia de techos altos y oscuros...

Anónimo dijo...

Tú y yo sabemos que te pones incluso más nerviosa cuando voy a León ;)