sábado, 24 de abril de 2010

Miércoles...

Aquí empieza mi resumen de la mejor Semana Santa que recuerdo y de las vacaciones mejor aprovechadas...

Evidentemente, quien no lo viva desde dentro, no podrá entender lo que es correr por todo el aeropuerto, coger un taxi y decir al amable taxista que te lleve al centro, por la zona de Gran Vía, a buscar una procesión. Tampoco podrá entender lo que es correr arrastrando una maleta enorme y cargando una mochila a los hombros al oír de lejos los tambores, ni cómo se escapan las lagrimillas cuando entra la banda en la iglesia.
Lo que quizá sí puede entender es que el abrazo que recibí después es uno de los que no olvidaré nunca, como tampoco olvidaré la noche que le siguió...




A buen lado fuiste tú a poner la era

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