Escenario: recorrido que separa la guardería de la estación de tren.
Dificultad teórica: niño sentado en la silla y atado convenientemente a ella, tren más bien cerca, conclusión: menos uno.
Dificultad real: una cuesta con un desnivel considerable (de ahí el ingenioso nombre de Operación Angliru... mejor que la Pokémon sí, ¿no?), un bordillo de lo más majo y unos dos metros en los que se juntan baches y bordillos. Todo muy adaptado, accesible y todas esas cosas maravillosas que facilitan la vida al prójimo. Tía de la criatura con mínima experiencia en este tema y con un nivel de patosidad que llega a extremos insospechados. Tía de la criatura que teme verle: a) estrellado contra el suelo b) riéndose de su tía.
Motivación: Si he hecho mudanzas autobuseras más cargada que una mula y la madre de la criatura hace ese recorrido a diario desde hace dos años... Podré, ¿no?
La respuesta dentro de unas horas, cuando sobrino y tía lleguen sanos y salvos a casa.
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