Ésos son los días que me quedan sentada en esta mesa, delante de este ordenador, en esta misma oficina. Días en los que espero que haya más trabajo que últimamente, porque me frustra bastante pensar que se me va el verano leyendo periódicos y cotilleando el Facebook y el Tuenti, cuando podría estar felizmente en mi casa.
Y mejor ni pienso en el aspecto "familiar"... el 25 cumplió años mi abuela, el 28 mi tío, el 30 mi hermana y el 1 de agosto será mi abuelo el que añada una vela a la tarta. Por parte de amigos, el 29 fue Víctor el que sumó uno más y hoy es Carol...
Me estoy perdiendo los cumpleaños de gente muy importante para mí y, además, no estuve en el triduo de Santa Marta... Sí, son cambios, pero si a cambio recibes diez horas al día vacías, en las que no haces nada... ¿merece la pena? Quiero creer que sí... aunque cueste.
2 comentarios:
Marta, todas las experiencias aportan algo, aunque parezca que no.
Intenta buscar lo positivo de esta expereciencia, aunque sólo sea que te hace darte cuenta lo que te importan los pequeños detalles de la vida que te estar perdiendo.
Mucho ánimo, y te has olvidado poner que te perdiste los sanfermines, jeje.
Son estos momentos los que forjan la personalidad, los que nos hacen fuertes... piensa que de todo se aprende, y que la soledad y el vacío también pueden ser compañeros útiles en algunos momentos (sé que da un poco igual lo que se diga en estos casos, pero por si acaso...)
Y que te echo de menos, boba.
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