miércoles, 3 de febrero de 2010

Truena...

Mi madre dice muchas veces que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena... y yo de mi blog sólo cuando las cosas se atascan.

Porque en el mes que ha pasado desde mi última entrada, la sonrisa ha sido una constante en mi vida, aunque se relajara un poco a la vuelta de una visita a Benavente o se estresara en Barajas. Por el medio, las visitas, los reencuentros, las ilusiones, las despedidas sin fecha de retorno, la búsqueda (fructífera) de un techo bajo el que mudarme, los planes y propósitos para la "nueva etapa" y las oportunidades que aparecen por el camino hicieron que se sumaran dos o tres arrugas más a las que ya me recuerdan que 23 años sonriendo pasan factura.

Y aunque los últimos días no han sido precisamente buenos, hago el esfuerzo y me recuerdo mi firma de los emails: "sonríe aunque estés triste, porque vale más una triste sonrisa que la tristeza de no verte sonreír".


=)



things are going to work

1 comentario:

. dijo...

Si es que nos vamos haciendo mayores Martita...

Que las arrugas sean de sonreír, no de fruncir el ceño!!

Ánimo con todo :)

(Atención pregunta, existe en el universo algo "fruncible" que no sea el ceño?)