miércoles, 19 de marzo de 2008

Cada mochuelo...

...a su olivo.

Y cada uno a su lugar, que ya lo decide el tiempo.

Mientras me dejan donde me corresponda, pienso que tengo las ideas bien claras, que sé lo que siento para bien o para mal y que seguiré alucinando con la extrema falsedad de aquéllos que dicen ser amigos.

Va a ser verdad que me estoy volviendo peñasco, casi ni me afectan los golpes y cada vez me pongo yo antes de nada; creo que ya me lo merezco... ¿cuánto tiempo hará que no me siento feliz, así, con todas las letras? ¿Meses? Ya va siendo hora, ¿no?

Ojalá hubiera tenido el valor suficiente para quedarme en Copenhague...


próxima entrada: el complejo del Erizo

1 comentario:

. dijo...

Si te hubieras quedado en Copenhague no habrías ido a Cuba...

No es ser peñasco, si tú no cuidas de ti, no lo va a hacer nadie, y por lo que deduzco de tus palabras, me suena lo que te pasa: al final, de puro buena, tonta.

Espero que todo vaya bien...

Vuelve a Salamanca, mujer, que aquí te queremos.

(pd: ardo en deseos por aprender sobre el erizo y sus complejos)